Si bien la Cannabis sativa se conoce desde hace varios siglos por sus propiedades recreativas y medicinales, actualmente la marihuana, uno de sus productos, es la droga ilegal que más se consume en el mundo y su abuso es un grave problema de salud pública, especialmente entre la población joven. Su uso se favorece y extiende por la creencia generalizada de que es menos dañina que otras drogas ilegales y que no produce daños severos como los opioides y otros psicoestimulantes. Sin embargo, está plenamente demostrado que su consumo tiene diversas consecuencias negativas para la salud, tanto a nivel orgánico, como social y psicológico. En este artículo se analiza la información disponible sobre marihuana, se comenta sobre los riesgos de su legalización y se describe la evidencia que sustenta sus posibles usos médicos.
Terminología
La Cannabis sativa es una planta herbácea, anual, generalmente dioica, de la familia Cannabaceae, que crece libremente en las regiones tropicales y subtropicales. Su tallo proporciona una fibra textil, mientras que sus semillas oleaginosas producen un aceite y las glándulas de las inflorescencias femeninas (cogollos) una resina. Debido a sus propiedades psicoactivas el cultivo de Cannabis sativa está prohibido o restringido en muchos países. El término marihuana describe al preparado elaborado a partir de las flores, hojas y tallos pequeños provenientes de la Cannabis sativa. El otro producto es el hachís, término que describe a una pasta hecha con la resina prensada. El término cannabinoides se aplicó, originalmente, a los productos químicos de Cannabis sativa con estructura típica de C21 y a sus metabolitos; ahora, y como producto de los estudios más recientes, el término cannabinoides se refiere a todas las moléculas que se unen a receptores cannabinoides (véase más adelante), incluidos los ligandos endógenos (endocannabinoides) y los análogos sintéticos (exocannabinoides).